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Aquí pongo online algunos de mis ensayos, poesía, etc. Aunque los primeros traten de ser humildes verdades, no lo conseguirán (las verdades nuestras no son definitivas, y a la humildad la acabo de reducir por sólo invocarla). La belleza se encuentra en lo simple y en la verdad y una poesía puede encerrar ambas. En ella se confunde el contenido con la forma. Ambos invitan a leerla.
La sutil no religión.
La religión perfecta es la no religión.
Si se puede hacer de la vida un paraíso para qué querer más.
Es el equilibrio entre la alegría y el dolor, entre la
felicidad y el sufrimiento. No es negar el sufrimiento;
no es reprimir la felicidad y el goce.
Me parece absurdo el retiro monástico, el ascetismo. Me resulta
insípido el libertinaje, el placer descontrolado. Ambas son formas
de escapar. Mejor es vivir encontrando, sin escapar ni buscar.
La naturaleza manda, y ella no tiene propósito ni intenciones.
JMC 2003-08-30
Dos
Luz, que divides los entes evidenciando los límites,
que fabricas la realidad de cosas individuales,
que las tiñes de color para que sean discriminadas
Luz, que separas
Luz, que divides
Luz que generas las sombras que mienten
y retuercen la realidad, como huellas pisoteadas.
Luz, que eres aliada de la vanidad
Lo bueno, las dos caras, lo malo
Árida, ciega, derrochadora e infinita.
Ansiosa, lejos de la calma, frenética e implacable.
Sólo la luna sabe controlarte, delicada, eternamente paciente,
esparciendo largamente su mensaje que convive con la oscuridad.
Sólo el contraste. El atardecer y el amanecer.
Un segundo. El retiro, la llegada, el cruce.
Con o sin espectadores, el Cosmos indiferente.
JMC 1997
Nota 2025-06-14: <stupid note>Aclaro porque la gente es pelotuda: Cuando en 1997 dije en ese textito “luz[..] que las tiñes de color para que sean discriminadas” eso era alusión a que las cosas sean discernidas, o en todo caso, a que la luz es aguafiestas. Yo repudio la discriminación. Más aun, ni sé de qué pozo soy sapo. Así que.., no me hinchen. <end of stupid note>
El todo sin partes
Desde que nacemos conocemos límites y nuestras vidas se abren camino apoyándose en ellos. El hombre occidental se aferra a los límites como las plantas enredaderas a las rejas. Construimos y basamos nuestra forma de percibir la realidad a partir de ellos: al principio, en la infancia, dividimos para luego unir; pero luego se puede caer en el vicio y dividir sin reunir luego. Ejemplo de esto es el estudiar de memoria. Cada palabra puede ser separada del contexto. Sus significados permanecen inconexos. Lo mismo puede suceder en las percepciones sensoriales. Las ideas, las imágenes conceptuales manipuladas se acercarían, tenderían hacia lo concreto (así como lo concreto es en el espacio lo que está a la vista, es en el tiempo el aquí y ahora) situando la vida de los sujetos cuyo padecer fuere éste en el presente insípido. Así el hombre occidental crea infinidad de clases para describir la infinidad de entes resultantes de dividir la realidad, cortando por las diferencias o por las igualdades. Se ha creado en las ciencias el tácito mito de que para comprender un sistema este debe ser dividido en partes que, luego de su estudio serán vueltas a unir. Se pretende conocer a cada parte por separado y luego regenerar en la mente el funcionamiento del conjunto. Este sistema de comprensión implica el error cometido al transportar el sistema y sus partes a la mente, siendo un método por definición aproximado y nunca exacto. Al separar las partes del sistema se desprecia al resto del sistema, que no es sino una parte de la parte. El estudio de una parte implicaría la subdivisión de esta, la cual podría ser indefinida si no fuera porque en cierto punto se considera, se aproxima a la parte, como un ente concreto y se detiene para enumerar sus reacciones, sus entradas y salidas, sus respuestas, su interacción, los efectos a las causas, las inferencias de las causas por sus efectos. En fin: se aproxima a una caja opaca en la que vive un enano cuyo nombre se desconoce y cuya tarea es recibir mensajes por una ranura y enviarlos por otra. Si el Universo estuviera regido por causas y efectos y un ente estuviera eximido de estos, se podría decir que está excluido del Universo. Por lo tanto, todo sistema sería parte de un sistema que a su vez es parte de aquél. Todo intento por comprender un ente sin sentirlo, sin serlo, será aproximado, incompleto. Para el acto de vencer, se requiere de un vencedor y un vencido; para eso, dividimos. Quizás al dividir nos restringimos a este mundo, al espacio y al tiempo y en el espacio y en el tiempo.
JMC 1998
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